El acné suele observarse en adolescentes e individuos jóvenes aunque, en ocasiones, también puede presentarse en recién nacidos y adultos. Las lesiones de acné suelen localizarse sobre todo en la cara y pueden extenderse al cuello, escote y espalda.
Es un proceso muy frecuente y, junto a la posibilidad de producir molestias, ocasiona una evidente repercusión a la imagen física y en la autoestima personal.
¿Cuál es la causa del acné?
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El aumento hormonal durante la adolescencia (esto causa que las glándulas se tapen más a menudo)
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Los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo
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Comenzar o dejar de tomar píldoras anticonceptivas
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Los factores hereditarios (si sus padres tuvieron acné, usted también lo puede tener)
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Ciertos medicamentos
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El maquillaje grasoso.
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Malas rutinas de higiene
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Alimentación, no es un factor desencadenante, pero la ingesta de determinados alimentos como hidratos de carbono de cadena corta (azúcar y harina blanca),ingesta elevada de leche y otros productos lácteos, aunque el queso no parece constituir un problema.
¿Cuál es el tratamiento para el acné?
Aunque no existe "cura" para el acné, los síntomas pueden tratarse utilizando terapias médicas y cosmetológicas. Suelen aconsejarse procedimientos médicos para las formas más graves de acné o cuando se han probado alternativas no médicas sin conseguir resultados.
Lo primero que se debe se hacer es una historia clínica detallada a fin de evaluar el grado y tipo de acné para poder realizar el tratamiento correspondiente, es fundamental el cuidado en domicilio por parte del paciente.
Las zonas afectadas son: cara, hombros, el pecho y la espalda, dado que en estas zonas hay mayor número de glándulas sebáceas por lo que hay una mayor producción de sebo.
La piel con impurezas y propensa al acné es un proceso cutáneo muy corriente que comienza habitualmente durante la pubertad. Hormonales como los andrógenos estimulan las glándulas sebáceas para producir más sebo del necesario (seborrea). Esta seborrea puede interferir también con el desprendimiento cutáneo normal.
Cuando la piel produce una cantidad excesiva de sebo y no desprende suficientemente las células cutáneas muertas, ambos elementos pueden juntarse en el folículo piloso y formar un tapón blando. Este tapón puede hacer que la pared del folículo sobresalga y dé lugar a una cabeza blanca, o el tapón puede abrirse a la superficie y oscurecerse, dando lugar a una cabeza negra (comedón conocido como “punto negro”).
Las pápulas o pústulas( “granos”) son zonas de piel rojas y elevadas con un centro blanco, que aparecen cuando los folículos pilosos bloqueados llegan a inflamarse o infectarse. Los bloqueos y la inflamación que se presenta profundamente dentro de las glándulas sebáceas generan bultos debajo de la superficie cutánea, denominados quistes.
El tratamiento se basará en:
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Reducir la producción de sebo y controlar la seborrea.
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Acelerar el desprendimiento de células cutáneas ayudando a afrontar la hiperqueratosis.
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Combatir la infección bacteriana.
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Disminuir la inflamación y atenuando las marcas, las pápulas, pústulas.
Es fundamental la consulta médico-cosmetológica a fin de determinar el tipo y grado de acné para poder indicar el tratamiento más óptimo.